En la entrada, una barra con los primeros bocados nos dan la bienvenida. La experiencia ha comenzado. Al llegar a la sala principal, nos acoge un espacio elegante, armonioso y cálido, con sus impecables mesas redondas iluminadas por lámparas en forma de arco.
Al cruzar la entrada a pie de calle, empieza la experiencia gastronómica. En el mismo hall, degustamos los primeros pases del menú, elaborados y presentados directamente por el chef.
Sus grandes ventanales siguen las líneas de la fachada en chaflán y nos dejan entrever la ciudad. La madera, que predomina en el espacio, crea un ambiente cálido, con esculturas que se funden en las paredes. Las butacas de color caramelo, las lámparas arqueadas y las mesas redondas forman pequeños espacios íntimos y tranquilos.
Para una privacidad total, disponemos de un pequeño reservado con capacidad para 10 comensales. Un salón ideal para celebraciones familiares y encuentros especiales.
La gastronomía de Angle forma parte de la experiencia de Cram, un hotel boutique de cuatro estrellas ubicado en un edificio modernista. Su fachada, que mantiene toda la belleza de la época, esconde siete plantas iluminadas por un singular patio de luces y conectadas por un pasillo circular. Un hotel contemporáneo con habitaciones totalmente exteriores, terraza con piscina y bar, coctelería y varias salas de reuniones.